Los modelos económicos
son representaciones del mundo real que explican las conductas significativas y
omiten los detalles que carecen de relevancia. A través de ellos, incorporando
relaciones matemáticas y gráficos, se representa la compleja conducta de los
agentes económicos de un país.
La macroeconomía se
organiza en torno a tres modelos o perspectivas de horizonte temporal:
a)
El
largo plazo, que se centra en el crecimiento de la
capacidad productiva, en base a la acumulación del capital físico y mejora del
potencial humano, junto con el nivel de la tecnología. Es el modelo de
crecimiento económico, en el que la tasa de ahorro juega un papel importante.
b)
El medio
plazo, con el capital físico, el potencial humano y la tecnología relativamente
fijos, que determinan la capacidad productiva, llamado también “producción
potencial”. Por tanto, es una determinada instantánea del largo plazo. Influyen
las perturbaciones temporales y los precios son fijados por la demanda.
c)
El corto
plazo, en el que los cambios de la demanda condicionan la utilización de la
capacidad instalada y, por tanto, el nivel de PIB y de empleo, con los precios
relativamente fijos. Este es el período en que actúa de modo más eficaz la
política macroeconómica.
El período que abarca
cada horizonte resulta difícil de determinar, pero es evidente que, si
consideramos un plazo de décadas, lo más importante será la tasa de crecimiento
anual del PIB y, en cambio, si tenemos en cuenta sólo unos meses, es la demanda
la que determina la situación de la economía. Así, las medidas de consolidación
fiscal, disminuyendo la demanda interna (consumo e inversión), han reducido en
un período muy breve la producción y elevado el desempleo.
Con perspectiva de
largo plazo, mirando al pasado, en el siguiente gráfico se representa la
evolución de la renta por habitante de España en el último siglo y medio, en
dólares y a precios constantes
Observamos que, tras un siglo (1855-1955) con escaso crecimiento del PIB por habitante, la renta personal traza una pendiente de casi 45º, pasando del entorno de 5.000 dólares en 1959, cuando la economía española se abrió al comercio internacional, a cerca de 27.000 en el año 2011
En los últimos 52 años
(1959-2011) ha habido varias crisis económicas, pero pese a los efectos
negativos de todas ellas, una visión del
largo plazo indica que el bienestar material medio de las personas ha crecido en
España a una tasa anual del 3,3%.
Con respecto a la última década, el siguiente gráfico ofrece
una perspectiva de la evolución del nivel de vida, en euros de 2013:
Vemos que las dos
últimas recesiones han devuelto la renta per cápita prácticamente al nivel de principios del siglo.
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