martes, 11 de marzo de 2014

NECESIDAD Y CAPACIDAD DE FINANCIACIÓN


Las relaciones económicas de un país con el exterior se recogen en la Balanza de Pagos, un documento contable que refleja tanto las fortalezas y debilidades de una economía como los desequilibrios cíclicos.

El documento incluye tres tipos de transacciones: operaciones corrientes, movimientos de capital y flujos financieros.  En esta entrada nos ocuparemos de los dos primeros, dejando la cuenta financiera para otra ocasión.

La denominada “cuenta corriente” reúne cuatro tipos de operaciones: compra y venta de bienes, comercio de servicios, rentas de capital y de trabajo y transferencias corrientes entre países (entregas sin contraprestación). La “cuenta de capital”, a su vez, recoge las transferencias internacionales netas de capital, que obedecen en gran parte, en cuanto a los ingresos, a las aportaciones de los fondos comunitarios europeos.

El saldo que se obtiene de todas las operaciones corrientes y de capital indica, si es positivo, la capacidad de financiación y, si es negativo, la necesidad de financiación exterior del país. En este último caso, el país habrá de recibir ahorro del exterior.



Como observamos en el gráfico, el saldo habitual de la cuenta corriente más la cuenta de capital de España ha sido negativo (línea azul), por lo que ha tenido necesidad de recibir financiación de otros países, que llegó a alcanzar un importe en torno a los 100.000 millones de euros, que suponía el -9,6% del PIB, en 2007.

Al cierre del ejercicio de 2013 se han conseguido unos superavits de 7.130,6 millones de euros en la cuenta corriente y 7.603 millones en la cuenta de capital, un total de 14.133,6 millones (1,4% del PIB), según el siguiente documento, elaborado por el  Banco de España:


La comparación con el 2012, año en el que el saldo total fue negativo, nos permite observar que la balanza comercial de bienes, de signo negativo,  se ha reducido en más en un 55%, debido al incremento de las exportaciones en un 5,1% y la disminución de las importaciones por un 0,9%. En los bienes no energéticos, España tiene desde el 2012 un superávit comercial.

En los servicios, la partida importante es turismo y viajes, que ha aumentado un 4,3%, y el saldo negativo de rentas (dividendos e intereses a capitales extranjeros básicamente) ha descendido un 14%. En otros servicios, con un aumento del saldo del 37,2%, destacan los de tipo empresarial, transportes y royalties.

Las transferencias corrientes, que incluyen las remesas de emigrantes y los recursos comunitarios, en declive, (FEOGA y Fondo Social Comunitario),  aumentaron su déficit en un 34,7%. En cuanto a la cuenta de capital,  que recoge  las aportaciones de la Unión Europea (Fondo de Cohesión y Fondo Europeo de Desarrollo Regional) y la compra y venta de activos intangibles (marcas, patentes y derechos de autor), mejoró un 15%.

En conclusión, ha sido en el año 2013 cuando la economía española, sometida a severos ajustes, que han hundido tanto el consumo interno como las importaciones, y forzado a las empresas a salir a vender al exterior,  ha llegado a autofinanciarse.

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