El crédito desempeña una función esencial en la economía. Para el buen desenvolvimiento de las empresas y familias es importante el grado de intermediación financiera, el volumen total de préstamos.
En los últimos años ha ido reduciéndose el saldo vivo del crédito en España. En noviembre de 2013, según la Asociación Española de la Banca (AEB), la caída era del 11,08%, en tasa interanual.
No se sabe en qué medida la escasez de crédito obedece a la falta de demanda solvente y a restricciones que imponen los bancos, aunque se ha detectado que el porcentaje de operaciones denegadas a empresas PYME es superior a la media europea y el Banco de España constata que los criterios aplicados para conceder nuevos préstamos se han endurecido mucho en los últimos años.
También está influyendo en la restricción crediticia la perspectiva de una nueva evaluación a los bancos en los próximos meses. Con una morosidad en ascenso, las entidades financieras han visto cuestionada su solvencia y prefieren invertir en deuda pública, con un interés en torno al 3,5%, los fondos que reciben del BCE al 0,25%, que asumir nuevos riesgos prestando a PYMES.
También está influyendo en la restricción crediticia la perspectiva de una nueva evaluación a los bancos en los próximos meses. Con una morosidad en ascenso, las entidades financieras han visto cuestionada su solvencia y prefieren invertir en deuda pública, con un interés en torno al 3,5%, los fondos que reciben del BCE al 0,25%, que asumir nuevos riesgos prestando a PYMES.
El siguiente gráfico, del Banco de España, recoge la evolución del crédito concedido en los últimos años:
Como observamos en el gráfico, los datos más recientes de financiación indican un cambio en la evolución del crédito, pero sigue la caída del nivel de préstamos (línea total), aunque a menor ritmo.
Esta situación, que supone una fragmentación financiera en la zona del euro, preocupa a las autoridades monetarias porque obstaculiza la aplicación de la política monetaria a todo el sistema.
Las empresas medianas y pequeñas españolas que consiguen crédito han de pagarlo a un interés en torno al 3% superior a las empresas similares de los países centrales, como Alemania y Francia, cuando el BCE es quien suministra financiación básica a todos los bancos en las mismas condiciones. Esta incoherencia podría solventarse con la aplicación de la unión bancaria europea, pero el proyecto va para largo.
Con respecto al futuro más cercano, según el responsable de Asuntos Económicos de la Comisión Europea, Olli Rehn, la banca española puede aumentar el volumen de créditos al sector privado a medio plazo, a medida que mejore la situación económica y que el sector empresarial reduzca su nivel de endeudamiento