La principal razón para
fijarnos en la distribución de la renta en un país es su relación con la
pobreza. Cuanta más desigual sea la distribución, mayor es el número de
personas que viven en la pobreza.
Aunque las
desigualdades entre las rentas medias de los países llaman la atención, las
diferencias de renta existentes dentro del propio país suelen ser para sus
residentes más importantes. Una familia pobre en el País Vasco probablemente
será más consciente de la posición que ocupa en relación con las personas de
ingresos elevados de la propia comunidad que en relación con las de otras autonomías
de menor nivel de vida.
En cierta medida, el
bienestar de los ciudadanos no depende de su nivel absoluto de consumo, sino de
la diferencia entre su nivel de consumo y el de los que le rodean.
Según la Encuesta de
Condiciones de Vida, que elabora el Instituto Nacional de Estadística, el 21,1%
de la población española estaba por debajo del umbral de riesgo de pobreza en
el año 2012, es decir, que sus ingresos eran menores del 60% de la renta
mediana (el valor que tiene tantas observaciones por encima como por debajo)
Si se quiere comparar
la desigualdad de renta entre varios países o examinar las tendencias en un
país, la medida que más se emplea es el coeficiente de Gini.
Para llegar al cálculo
del coeficiente, se ordenan las rentas
de las familias del país de menor a mayor y se construye la denominada Curva de
Lorenz
La curva de Lorenz
tiene forma combada por la desigualdad de la renta. Si estuviera distribuida de
modo igualitario, cada porcentaje de familias recibiendo la misma proporción de
renta, la curva se convertiría en una línea recta (línea de perfecta igualdad).
Cuanto más combada es la curva de Lorenz, más desigual es la distribución de la
renta.
El índice de Gini se
calcula midiendo el área situada entre la curva de Lorenz y la línea recta de
igualdad absoluta y dividiendo este área entre el área total (A/(A+B) situada
debajo de la línea recta de igualdad perfecta.
Si la renta estuviese
distribuida absolutamente por igual, el valor del coeficiente de Gini sería 0 y
cuanto más desigualmente esté distribuida, el valor se aproximará más a 1.
En el siguiente gráfico
tenemos los datos correspondientes a España de los últimos 30 años:
Observamos el descenso
del índice a lo largo de las décadas que precedieron a la crisis financiera,
desde un 0,364 en 1980 hasta un 0,322 en 2008. La desigualdad fue descendiendo especialmente entre los años 1995 y 2007. Pero con la crisis actual cambia la tendencia
y el índice llega a alcanzar 0,347 en el 2010. La media de la Unión Europea fue
en el año 2011 de 0,305, significativamente menor que el índice español.