martes, 17 de abril de 2012

LOS MERCADOS DE CAPITAL



Tal como expusimos al tratar de los factores de producción, para obtener bienes y servicios finales o de consumo, las empresas  necesitan utilizar, además de trabajo, bienes intermedios a los que se denomina capital físico (edificios, maquinaria,…). Al hecho de utilizarlos en el proceso productivo llamamos inversión 

Las empresas necesitan capital financiero para conseguir tanto ese capital físico como el circulante (tesorería, cuentas a cobrar…) preciso para  desarrollar su actividad, por lo que nos centraremos en su funcionamiento. 

La retribución del factor productivo capital, que viene determinado en los mercados financieros,  se denomina interés y se puede definir como el pago de los servicios de capital, o bien,  el precio de un préstamo.

La demanda de capital

El capital financiero que se necesita está en función de la inversión que las empresas vayan a realizar. Tratan con ella de obtener beneficios comparando el ingreso que esperan obtener de la venta de los bienes que producen con el coste que deben soportar.

Esos beneficios determinan la tasa de rendimiento del capital, que al compararla con el tipo de interés que ofrecen los mercados servirá para tomar la decisión de realizar o no la inversión.

Como regla  general podemos afirmar que las empresas demandarán capital cuando la tasa de rendimiento esperada sea superior al interés con el que se viene retribuyendo a los fondos prestados. 

El tipo de interés tenderá a bajar cuando sea superior a la tasa de rendimiento medio de las inversiones, porque las empresas no demandarán capital.

La oferta de capital

La oferta de capital la realizan las familias, que deciden ahorrar una parte de sus ingresos renunciando al consumo presente, bien como previsión por un futuro incierto, o bien, porque consideran que el interés en vigor les retribuye adecuadamente.

Hay tres circunstancias que condicionan la oferta de capital financiero: a) la renta disponible  actual de las familias; b) el ingreso futuro esperado, que si prevén que vaya a ser menor, ahorrarán más en el presente; c) el tipo de interés de mercado, que cuanto mayor sea favorecerá el ahorro.

El tipo de interés

El tipo de interés puede variar en función del riesgo de la operación, cuando existe peligro de que no se recupere el préstamo. Depende también de la garantía que ofrezca el solicitante, si aporta una propiedad o la garantía es personal, y es mayor si el préstamo es a largo plazo.

Tenemos dos tipos de interés de referencia: a) el Euribor, en el que se basan las entidades financieras para conceder préstamos a sus clientes, añadiendo un porcentaje según el riesgo de la operación; b) los tipos de interés de la deuda pública.

 Situación actual 

La desconfianza de los mercados financieros hacia España en estos momentos se manifiesta en la prima de riesgo que  se exige a su deuda, es decir, la  rentabilidad extra que se debe pagar a los prestamistas en comparación con el que se paga por el bono alemán, porque si no nadie invertiría en la deuda española. 

Además, los Presupuestos Generales del Estado para 2012 no han convencido a las autoridades europeas y, quizás lo más grave,  la economía está en recesión. El Gobierno prevé una caída del 1,7% en el PIB este año, que con los efectos recesivos de los recortes presupuestarios podría terminar el año con un descenso del orden del 3%.  

Las entidades financieras españolas, salvo un par de excepciones, necesitan el aval del Estado para conseguir recursos  y viven conectadas  a la liquidez que facilita el Banco Central Europeo (BCE), lo cual viene provocando la restricción del crédito. La situación está afectando sobre todo a las medianas y pequeñas empresas, que no se cansan de pedir la urgente recuperación del flujo crediticio para poder financiar sus necesidades de capital financiero, sobre todo para el circulante que requiere el desarrollo de sus actividades.

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