En la entrada anterior comentábamos que el mercado de trabajo es uno de los componentes del mercado de los factores productivos. En una economía de mercado, el trabajo se intercambia como un producto más. Como la mayor parte de la población no tiene otro medio de conseguir ingresos que no sea el trabajo, lo ofrece a las empresas, que lo utilizan para producir bienes y servicios.
El gráfico recoge la demanda de trabajo (D) y la oferta (O), que da lugar al salario de equilibrio S* y el nivel de empleo N*.
La demanda de trabajo
La demanda de trabajo viene dada por la cantidad de trabajadores o de horas de trabajo que necesitan contratar las empresas para obtener sus productos.
El nivel de demanda depende del coste laboral (salarios, seguros sociales y otras cargas) que se tenga que pagar, del precio de otros factores sustitutivos del trabajo, de la productividad de los trabajadores y de los beneficios que consigan las empresas utilizando el trabajo.
Pero la demanda de trabajo, como ya indicamos en la entrada anterior, es una demanda derivada, es decir, que es consecuencia de la demanda de los productos que fabrican las empresas. Y en una economía en recesión, como la nuestra, está reduciéndose la demanda interna al bajar tanto el consumo como las inversiones privadas y públicas.
La oferta de trabajo
La oferta de trabajo está constituida por la cantidad de trabajadores o de horas de trabajo que se ofrecen en un momento dado.
Pero no es suficiente que haya población dispuesta a trabajar, sino que las personas tengan la formación requerida, que puedan desplazarse al lugar donde haya demanda y que sean capaces de aportar el tipo de servicio que se requiere. Es lo que se denomina la empleabilidad, que los gobiernos tratan de impulsar con políticas activas de empleo.
La dificultad de adecuación a los servicios que requieren las empresas produce el denominado desempleo estructural, un tipo de paro diferente del que se da por la recesión económica.
Rasgos específicos
Como el trabajo es muy heterogéneo, se dan muchos mercados de trabajo. De hecho, cada profesión tiene un mercado laboral que funciona con características específicas.
No obstante, algunos rasgos de este singular mercado serían los siguientes: a) se actúa a través de sindicados y de organizaciones patronales, más que de forma aislada; b) las partes implicadas están en condiciones muy desiguales, siendo los trabajadores la parte débil, lo cual hace que el Estado establezca con normas legales muchas condiciones
Situación actual
En este trimestre, el descenso de la demanda de bienes y servicios, consecuencia de las medidas gubernamentales orientadas a la llamada “consolidación fiscal”, está reduciendo la demanda de trabajadores, lo cual hace que la curva D del gráfico se desplace a la izquierda, disminuyendo así el número de empleos y también el salario medio. Si hace un par de años sorprendió a muchos encontrarse en la categoría de “mileuristas”, en estos momentos ya se reconoce otro estadio con sueldos todavía menores, los “nimileuristas”.
Las medidas del reciente decreto de legislación laboral, aun pendientes de debatir por los partidos políticos, vienen a acompañar este movimiento de recorte de las retribuciones laborales en su conjunto
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