Terminamos el tratamiento de las variaciones de precios con un comentario sobre las causas y los efectos de la inflación.
Los razonamientos habituales sobre las causas de las subidas de precios llevan a los economistas a distinguir las causas siguientes:
1) Inflación de demanda. Se produce cuando la demanda agregada (consumo de las familias, por ejemplo) crece a mayor ritmo que la producción de bienes y servicios, lo cual provoca subidas de precio de las empresas. Es la explicación de los economistas keynesianos
.
2) Inflación de costes. Al encarecerse algún factor productivo (retribuciones salariales, por ejemplo), las empresas reducen la oferta y los precios aumentan.
3) Inflación monetaria. El aumento de la cantidad de dinero en circulación por encima del incremento de producción reduce el valor del dinero y, por tanto, se paga más por los bienes
4) Inflación estructural. El deficiente funcionamiento de los mercados hace posible la existencia de empresas con gran poder que pueden aumentar precios y obtener beneficios extraordinarios. La presión consumista de la publicidad también favorece las subidas de precios de los productos.
El efecto más notorio de la inflación es que deteriora la capacidad adquisitiva, es decir, que con el mismo dinero se pueden comprar menos bienes y servicios.
Es lo que se muestra en el siguiente gráfico:
Observamos cómo en la última década la inflación ha ido rebajando la capacidad de compra de los incrementos de retribuciones (en el gráfico, de los costes laborales, que incluyen retribuciones laborales y cargas sociales). En los últimos años, 2010 y 2011, con la agudización de la crisis, la inflación ha sobrepasado las subidas de las retribuciones del trabajo y, por tanto, las familias han visto disminuido su nivel adquisitivo.
Otro efecto de la inflación es que, como no todos los productos tienden a cambiar de igual forma sus precios, provoca distorsiones en los mercados.
En una economía abierta al exterior, la inflación hace que el precio de los productos nacionales resulte ser más alto que el de los extranjeros, ocasionando pérdida de competitividad. El consumo de los artículos nacionales descenderá en favor de los importados, más baratos en relación con los productos del país.
Cuando se agudiza la inflación, interviene el Banco Central Europeo (BCE) con el objetivo de disminuir el consumo y hacer que bajen los precios. Para lograrlo, encarece los tipos de interés, con lo cual sube el coste de la financiación de las empresas y de los préstamos hipotecarios para la compra de viviendas
La consecuencia es que las empresas piden menos préstamos, tienden a bajar las inversiones y se producen también menos bienes y servicios, con lo cual se contrata menos personal y aumenta el desempleo.
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