martes, 12 de abril de 2022

EFCTOS DE LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS


La política económica es el conjunto de medidas que adoptan los países para facilitar estabilidad y crecimiento económico, fijando directrices que lleven a un buen funcionamiento.

Entre sus objetivos se encuentran los de carácter coyuntural o de corto plazo, tales como el pleno empleo, la estabilidad de precios y la mejora en la balanza de pagos.

Otros objetivos son de carácter más estructural o de largo plazo, como el crecimiento del producto del país y la equitativa distribución de la renta y la riqueza.

En la política económica se distinguen dos disciplinas: la política fiscal, que recauda los impuestos y gestiona el gasto público, y la política monetaria, encargada de controlar la masa monetaria y los tipos de interés, para facilitar la estabilidad de los precios.

El crecimiento económico es quizás el resultado a largo plazo que buscan con mayor empeño las medidas económicas, y se mide por las variaciones porcentuales del Producto Interior Bruto (PIB) entre dos períodos.

En el proceso de crecimiento es relevante la productividad de los trabajadores, que puede aumentarse ampliando la inversión por trabajador y aplicando el avance tecnológico.

En el crecimiento influye también el nivel de demanda. Hace que se incremente la producción de las empresas y crea puestos de trabajo.

La observación de los resultados de las dos últimas crisis muestra que en la pandemia ha habido una caída del PIB mucho mayor (“V”acentada) que la provocada por la crisis financiera. Sin embargo, en la recesión de la pandemia el tiempo de recuperación ha sido la cuarta parte de la que hizo falta en la crisis anterior.



Parece que se ha aprendido de la crisis financiera. Ante la recesión de la pandemia, la política económica ha apoyado la demanda interna, incrementando el gasto social, con resultados mejores para el conjunto de la economía. La ideología conservadora de la corriente económica preponderante ha tenido que ceder ante una realidad contrastada.

En la crisis última han prevalecido los apoyos públicos a trabajadores y empresas, huyendo de las restricciones presupuestaria y recortes de gastos que condicionaron la salida de recesión anterior.

En estos momentos, la preocupante evolución de la inflación alimenta las tesis que piden la subida de los tipos de interés. Aunque la inflación está durando más de los esperado, incluso con alzas que se acercan los dos dígitos, la subida de los tipos por el Banco Central Europeo podría tener efectos muy nocivos en economías tan endeudadas como la española.

Pero Holanda y otros países del norte europeo no dejan de observar con suspicacia a los países sureños del continente. Insisten en la necesidad de reglas fiscales austeras, volviendo a las restricciones de déficit y deuda pública vigentes antes de la suspensión decretada, hasta finales de este año, por las autoridades europeas.

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