El informe sobre “Jóvenes y
Mercado de Trabajo” permite conocer la situación del empleo juvenil. En este
contexto se entiende por jóvenes a los menores de 25 años, aunque a veces se hagan
referencias a menores de 30 años.
El estado de alarma y la reducción
de la actividad económica para hacer frente a la pandemia durante la primera mitad
del año 2020 afectaron gravemente a la evolución del mercado de trabajo entre
los jóvenes.
En el siguiente gráfico tenemos la
tasa de empleo, en porcentaje sobre la población de los diversos colectivos:
Si la diferencia entre el
colectivo laboral total y el de los más jóvenes era en 2007 de 25 puntos
porcentuales (p.p.), en 2020 llega a los 42 p.p., es decir, que en 13 años
aumenta en un 68%.
Aun cuando en el cuarto trimestre
de 2020 el empleo de los jóvenes de 16 a 24 años desciende en todos los niveles
de estudios, la reducción ha sido más acusado en los de nivel medio (16,6%) y
bajo nivel (34,4%), mientras que la caída en el nivel de estudios
alto fue del 3,2%
La tasa de paro juvenil española fue
la más elevada (40,4%) en el tercer trimestre de 2020 entre los países miembro de
la Unión Europea. La media de los Estados era del 18,3%
La falta de eficacia de las políticas
activas de empleo (PAE) no está ayudando a la integración en el mercado laboral.
Un informe reciente sobre las políticas ofrecidas por los servicios públicos en
España da un dato revelador: en torno al 90% de los desempleados no reciben ningún
tipo de servicio de empleo.
Sin adecuados diagnósticos y
tratamientos diseñados por orientadores profesionales de empleo, los parados abandonados
a su suerte tardan mucho en conseguir empleo, o solo logran contratos de
trabajo precarios, aguantando sensaciones de frustración, miedo e
incertidumbre.
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