El poder de mercado se define como la capacidad unilateral que tiene una empresa o grupo de empresas para elevar sus precios por encima del umbral competitivo.
El modelo competitivo perfecto (prácticamente
inexistente) asume que hay un gran número de compradores y de vendedores, y
cada uno de ellos es muy pequeño respecto al tamaño del mercado para influir en
las condiciones que opera.
Por tanto, la variable que guía las
decisiones de compra o venta de un producto en un mercado competitivo es su
precio, que no depende de las acciones individuales de una empresa.
El poder de mercado surge al
alejarse del modelo competitivo perfecto, influyendo significativamente en las
condiciones de venta o compra de producto y servicios.
Las empresas pueden tener distintos niveles de poder de mercado, desde el monopolio, con un control total del precio de su producto, al ser el único oferente, hasta el oligopolio y la competencia monopolística, cuando venden productos diferenciados, aunque deben enfrentarse a la competencia cercana de otras firmas.
Existen tres factores que hacen
posible lograr el poder de mercado:
a)Barreras de entrada, que dificultan
a nuevas empresas entrar a competir en el mercado
b)Diferenciación de los productos
ofertados a los ojos de los consumidores
c)Economías de escala, que supone
la caída significativa del coste a medida que aumenta la cantidad producida.
El monopolio y el oligopolio, que
suelen contar con gran poder de mercado, ocasionan un empobrecimiento del mercado.
La falta de competencia genuina puede generar una rémora en la innovación de
los servicios brindados.
En estos modelos, el consumidor sale
perdiendo por la falta de competencia o la competencia desleal, dando lugar a
una subida de precios y una merma de la producción.
Ejemplos destacados de monopolios
son hoy día Microsoft, compañía tecnológica multinacional; Facebook,
servicio de redes sociales, y Google, el motor de búsqueda más utilizado
en la web.
Entre los oligopolios muy
conocidos se encuentran Nestlé, empresa multinacional de alimentos y
bebidas; Danone, compañía francesa agroalimentaria, y Visa,
multinacional de servicios financieros.
Un caso oligopolístico de
concentración empresarial es el sector financiero español. Tras una época de
expansión sin control, a partir de la crisis de 2008 está inmerso en un proceso
acelerado de concentración, que ha reducido en España 100.000 empleos y cerrado
más de 22.000 sucursales.
El motor de estos movimientos han
sido las fusiones, que ha provocado un notable incremento de cuota de mercado
de los cinco grandes bancos. Han pasado del 42,4% del mercado en 2008 al 67,4%
al final de 2020.
En general, un poder de mercado
excesivo, concentrado en manos de unas pocas empresas, puede afectar al
crecimiento a medio plazo, socavando la recuperación tras la crisis de la
pandemia. Podría obstaculizar el avance de muchas empresas emprendedoras en un
momento en que su dinamismo es muy necesario.
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