martes, 14 de enero de 2020

CRECE LA BANCA EN LA SOMBRA

La banca en la sombra hace referencia a las actividades de financiación que no forman parte del sistema bancario tradicional y, por tanto, no están sujetas a la regulación propia de los bancos.

La Comisión Europea, en su Libro Verde de 2012, reconoce que existe un ámbito creciente de actividad crediticia paralela a la bancaria con funciones importantes, tales como la generación de fuentes adicionales de financiación y la oferta de alternativas a los depósitos bancarios, pero advierte que esta modalidad de financiación puede llegar a suponer una amenaza potencial para la estabilidad financiera a largo plazo.

La banca en la sombra comenzó a expandirse en 2007, cuando pymes y emprendedores se encontraron con dificultades para lograr financiación bancaria. La modalidad alternativa de financiación a la ofertada por los bancos tradicionales incluye, además de los bancos de inversión, sociedades de valores, fondos de titulización de activos, sociedades de capital riesgo y sociedades de gestión de activos.

En el siguiente gráfico tenemos la evolución de los activos de la la banca en la sombra en la Eurozona en las últimas dos décadas:


El volumen de activos en manos de la banca en la sombra en la Eurozona, según Guindos, vicepresidente del BCE, se ha duplicado en la última década, hasta alcanzar los 42 billones de dólares en 2018. En España representan en torno al 6% del activo total de las instituciones financieras.

Los bancos en la sombra no pueden aceptar depósitos pero, al igual que los bancos tradicionales, se dedican a la transformación de plazos, endeudándose a corto plazo y prestando o invirtiendo a un plazo mayor, un tipo de operativa que tiene importantes riesgos, dado que no pueden recurrir a reservas de liquidez de los bancos centrales.

Cuando los prestamistas deciden que no es seguro prestarles dinero, el banco en la sombra no puede seguir financiando sus operaciones. Si no es capaz de vender activos para conseguir efectivo de modo inmediato, se hundirá rápidamente. Es lo que ocurrió con Lehman Brothers en septiembre de 2008, que conseguía préstamos con vencimiento a un día (“repos”) en el mercado de créditos, pero un día no pudo renovarlos porque los acreedores estimaron que la situación de la entidad, cargada de activos considerados tóxicos, no les ofrecía suficiente garantía.

Lehman Brothers, el detonante de la Gran Recesión, era una referencia en la banca de inversión, al igual que lo son Goldman Sachs y Morgan Stanley. La famosa “City” londinense es uno de los centros de la banca de inversión a nivel mundial, junto a Wall Street, de Nueva York, sedes que gestionan muchas de las grandes operaciones corporativas.

La banca de inversión realiza funciones de asesoría y diseño de operaciones complejas en la financiación empresarial. Participa en fusiones, adquisiciones y reestructuraciones de capitales, ofertas públicas de acciones y operaciones similares. Trabajan tanto con empresas como con Gobiernos en la obtención de financiación para grandes proyectos de inversión, así como en la reestructuración de deudas.

El Banco Central Europeo (BCE) advierte en su informe de estabilidad financiera del riesgo que supone la intermediación financiera no bancaria, dado que las grandes entidades de fondos de inversión y de capital riesgo tratan de sortear los tipos de interés negativos de hoy día con inversiones de menor liquidez y más riesgo, en busca de rentabilidades más elevadas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario