Hay un consenso generalizado entre los economistas de que la educación y la calidad de las instituciones explican en torno al 90% de las diferencias en los niveles de rentas entre los países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La mejora del potencial humano influye en la remuneración, empleabilidad y productividad de los trabajadores, puesto que favorece la innovación y el incremento de los capitales físico y tecnológico.
Por desgracia, España es líder europeo en abandono escolar temprano, es decir, en la proporción de jóvenes de 18 a 24 años que han abandonado las aulas sin cursar Bachillerato ni Formación Profesional.
Vemos en el gráfico que, con datos de 2015, uno de cada cinco españoles (20%) de esas edades solo ha cursado el nivel de estudios obligatorios para afrontar la vida y enfrentarse a un mercado laboral que se está complicando. La media europea es del 11% y la Comunidad Autónoma Vasca se sitúa en el 9,7%
La evaluación PISA 2012 advertía que España ocupaba en las tres competencias analizadas (lectura, matemáticas y ciencias) los puestos 23, 25 y 21, respectivamente, entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), posiciones parecidas a las obtenidas en las cuatro ediciones realizadas desde el año 2000.
En cuanto a las habilidades prácticas, en los siguientes gráficos tenemos la posición que ocupa España:
Los alumnos de bajo nivel representan un 26,2% en España frente a la media del 17,6% en los países de la OCDE, y los de nivel excelente suponen el 3,4%, cuando en el conjunto de los países llegan al 8%.
En España se tendrá que llegar a un gran acuerdo en educación entre todas las fuerzas políticas y sociales para conseguir una mejora sustancial de los resultados del sistema educativo. Expertos en educación señalan, entre otras, la necesidad de reducir a la mitad el abandono educativo temprano, mejorar la puntuación obtenida en la evaluación PISA, desarrollar nuevas habilidades y aumentar el gasto público en educación, que en el 2012 había descendido al 4,55% del PIB, hasta el 5%. La mejora del potencial humano puede ser una de las mejores estrategias para el progreso del país.