La población española se encuentra inmersa en un proceso de
envejecimiento rápido. Los mayores de 65 años en 2015 representaban el 18,4% y
en la Comunidad Autónoma Vasca llegaban al 21,1%.
Las causas del envejecimiento poblacional son conocidas: el
incremento de la esperanza de vida, que en España llega ya a los 83 años, y el
descenso de la natalidad, que cae de 19,6 nacidos por 1.000 habitantes en 1974
a 9,2 en 2014. También inciden en el envejecimiento los flujos migratorios.
El gráfico muestra la estructura de la población en España,
que perdió la forma de pirámide hace años y ahora se parece más a una hucha. Se
observa el escaso número de adolescentes y la
elevada cantidad de personas de 35 a 55 años, la generación del “baby-boom”.
Desde una perspectiva económica, el envejecimiento se ha
visto siempre como amenaza porque supone la reducción de la población activa,
que hace peligrar la viabilidad de los sistemas públicos sanitarios y las
prestaciones sociales, sobre todo las pensiones.
Como la mencionada generación del “baby-boom” iniciará su
llegada a la jubilación en torno al año 2024, la presión sobre los sistemas de
protección social irá aumentando.
Pero está aflorando en la sociedad una actitud más positiva
hacia este período de vida de las personas. Se está pasando de considerar a la
vejez como una etapa de retiro a afrontarla como una oportunidad para el
disfrute, participando en actividades de ocio y aprendizaje.
Lo cierto es que la posición económica de los mayores en
España ha empeorado menos que la de otros colectivos durante los años recientes
de recesión. Las estadísticas del INE muestran que la tasa del colectivo en riesgo de pobreza, aquellos que se sitúan por
debajo de la mediana de la distribución de la renta, en los jubilado era en
2013 de 12,7%, inferior a la media del conjunto de los españoles, que fue de
20,4%. Claro que, al tratarse de una
tasa relativa, la mejora en la posición de los mayores es debida en gran parte
a que las rentas de las personas en edad de trabajar han empeorado.
El gráfico indica la evolución de los aumentos del riesgo de
pobreza en las personas en edad de trabajar (línea azul) y la disminución en el
colectivo de mayores de 65 años (línea roja)
El grupo diferenciado de los mayores, además de prestar
servicios a la colectividad en múltiples tareas (asesoramiento, formación,
cuidado de personas, organización de actividades culturales) cuenta con un
potencial de demanda que puede ofrecer oportunidades de desarrollo a sectores empresariales de
turismo, vivienda inteligente, salud y bienestar, cultura, formación y
desarrollo de habilidades y servicios financieros.