martes, 29 de marzo de 2016

SITUACIONES DE POBREZA

El análisis de la pobreza distingue entre pobreza absoluta y pobreza relativa. La primera se refiere a la situación de las personas sin hacer ninguna comparación con el colectivo en el que viven. Existe pobreza absoluta cuando en las condiciones de vida se dan deficiencias básicas en la satisfacción de las necesidades físicas y socioculturales, tales como desnutrición, analfabetismo y otras carencias.


La pobreza relativa se da cuando la satisfacción de las necesidades básicas de unas personas son significativamente inferiores a las de otras en el colectivo en el que se desenvuelven, lo cual no quiere decir necesariamente que esas personas vivan en el nivel de subsistencia mínimo. Señala únicamente que su situación es significativamente peor que la que tiene otra parte de la sociedad. 

De modo similar, un país puede ser considerado como pobre si el nivel de bienestar de su población es significativamente inferior al de otros países. También en este caso se trata de pobreza relativa, que no es asimilable a la de pobreza absoluta.

Pero el enfoque más actual sobre la pobreza se debe al economista Amartya Sen, quien hace énfasis en que la pobreza se da cuando la situación de un conjunto de personas impide que desarrollen el potencial que llevan como seres humanos. 

Eurostat, la agencia estadística de la Unión Europea, interpreta el carácter significativo de las diferencias en el bienetar, definiendo la pobreza relativa o riesgo de pobreza como el porcentaje de gente cuyos ingresos (después de transferencias sociales) se sitúan por debajo del 60% de la mediana nacional. La mediana es el valor que, ordenando las personas de menor a mayor ingreso, se sitúa en el centro de la distribución, es decir, que deja a la mitad por debajo y a la otra mitad por encima 

En el siguiente gráfico observamos la evolución del riesgo de pobreza en España y en la Unión Europea desde el comienzo de la reciente crisis.


Las situaciones de pobreza relativa se han incrementado en los países periféricos europeos como secuelas de la crisis. Los mayores aumentos de los niveles de población con riesgo de pobreza corresponden a Grecia (que ha pasado del 28% al 36% desde 2008) y España (del 24,5% al 29,2%), seguidas de Chipre, Malta, Hungría e Italia.

Como se observa en el siguiente gráfico, la precarización que han sufrido las condiciones de trabajo no garantiza que con el empleo se supere el nivel del riesgo de pobreza


Los empleos precarios y la deflación salarial están afectando sobre todo a mujeres y jóvenes. El empleo de menos de 35 años ha seguido cayendo. Para una persona desempleada, la probabilidad de ser pobre alcanza el 60%, debido a la pérdida de la prestación de desempleo. 

Se observa cierta mejoría en la economía española. Los analistas señalan que 2015 ha sido un año positivo para el sector empresarial y, por primera vez desde 2009, también ha crecido la capacidad adquisitiva de los trabajadores en un 1,6%, debido al aumento del salario medio (1,1%) y a la caída del Índice de Precios de Consumo en su valor medio anual (-0,5%).

Pero a nivel europeo, más de cinco millones de personas se han sumado desde 2008 al colectivo en riesgo de pobreza o exclusión social. Se ha llegado a la cifra de 122 millones, el 24,4% de la población. La probabilidad de situarse en riesgo de pobreza con empleo llega al 10%.

Aunque las transferencias de fondos públicos sirven para aliviar situaciones de pobreza, resultan ineficaces para avanzar en su solución. Se requieren medidas que reduzcan la desigualdad, las distancias económicas y sociales, que son las causantes de la pobreza.

martes, 22 de marzo de 2016

MEJORA LA BALANZA POR CUENTA CORRIENTE

La Balanza de Pagos es un registro de los cobros y pagos realizados por un país con el exterior. Se recogen tres tipos de transacciones: a) exportaciones e importaciones de bienes y servicios, rentas y transferencias, que constituyen la cuenta corriente; b) las transmisiones de riqueza entre países y donaciones y condonaciones de deudas, un conjunto que se denomina cuenta de capital, y c) compra o venta de activos financieros, tales como acciones, bonos privados y deuda pública, que componen la cuenta financiera.



En el siguiente cuadro tenemos el avance de las cuentas corrientes y de capital de la economía española del período enero-diciembre de 2014 (parte izquierda) y 2015 (parte derecha):


Vemos que la cuenta corriente distingue entre bienes y servicios, que incluye como partidas importantes el comercio de mercancías, el turismo y los viajes. La renta primaria está formada por rentas del trabajo y de la inversión, así como impuestos sobre la producción y la importación y subvenciones. En cuanto a las secundarias, abarcan las transferencias personales, la cooperación internacional corriente y otras.

Observamos que el saldo de la cuenta corriente de 2015 (16.700 millones) aumenta en más de un 65% el superávit del mismo período del año 2014 (10.200 millones). El resultado es debido fundamentalmente al notable descenso en el déficit de las rentas.

El saldo agregado de las cuentas corriente y de capital, que determina la capacidad (superávit) o necesidad (déficit) de financiación de la economía, fue positivo (capacidad de financiación) en el año 2015 y se situó en 22.700 millones de euros, frente a los 14.700 millones del mismo periodo de 2014. 

En el siguiente gráfico se recoge la evolución de la capacidad o necesidad de financiación en los últimos 6 años:


Como observamos en el gráfico, hasta finales de 2012 la economía española tuvo necesidad de financiación (línea negra) y fue recibiendo préstamos (captando ahorro) del extranjero. En cambio, en los últimos 3 años va mostrando capacidad de financiación, lo cual está permitiendo reducir la elevada deuda externa del país.

La diferencia entre los activos y los pasivos que mantiene España con el exterior se sitúa en una posición negativa del 95% de PIB, uno de los porcentajes más altos del mundo, que deja al país en una situación delicada para afrontar turbulencias financieras.

La deuda externa ha aumentado, entre otros motivos, debido a que el año pasado una buena parte de la emisión neta de deuda pública fue adquirida por extranjeros. Según el Tesoro, un 50% está ya en manos de residentes de otros países.



martes, 1 de marzo de 2016

LA RENTA DISPONIBLE

El Producto Interior Bruto (PIB) es el valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos en un país durante un período determinado. En el año 2015, el PIB por habitante fue en España de 23.324 euros. Sin embargo, la renta que llegó a los hogares supuso, como media,  14.800 euros por persona. Es la denominada Renta Disponible Bruta (sin descontar depreciaciones) por habitante del sector institucional Hogares.

La renta de las familias  incluye las partidas que corresponden a la retribución al trabajo, los alquileres y los rendimientos del capital en forma de intereses y beneficios. Una vez deducido el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, las familias deciden dedicarlo al consumo o al ahorro.

El sector de las familias, que es el más importante, absorbió en España en el año 2014 en torno al 65% de la Renta Disponible Bruta total generada por la economía. Los otros tres sectores institucionales son las Sociedades no financieras (empresas), las Instituciones Financieras y las Administraciones Públicas.

En el siguiente gráfico tenemos la Renta Disponible Bruta por habitante de las familias en los últimos años:


La renta disponible es el ingreso con el que efectivamente cuentan las familias para atender sus gastos corrientes y ahorrar recursos para el futuro, una vez atendidos los pagos de devolución de los préstamos. En el siguiente gráfico podemos observar la proporción de la renta que han dedicado al ahorro los españoles en los últimos 15 años


Con la inquietud que despertó la llegada de la crisis, las familias optaron por gastar menos y reservar recursos para un futuro incierto. El 2008 fue el año de mayor dedicación al consumo, con un ahorro  que no superó el 5% de la Renta Disponible.

En los años 2009 y 2010 cayó el consumo de manera significativa, debido a que los ciudadanos se vieron obligados a utilizar mayores recursos para ir devolviendo las deudas que habían acumulado en los años del dinero barato y fácil.

Recordemos que la capacidad de consumo no viene dada directamente por la renta disponible, los ingresos que les quedan  a las familias una vez deducidos los impuestos, sino que proviene de restar a la renta la cantidad que tienen que dedicar a la devolución de los préstamos recibidos. 


En el año 2010, con la caída del consumo, el ahorro creció hasta el 13,4%  de la Renta Disponible Bruta y se ha mantenido en el entorno del 9% en los últimos cinco años.