martes, 9 de febrero de 2016

GLOBALIZACIÓN Y REGIONALISMO

En los veinte años anteriores a 2007, en tanto que el PIB mundial creció un 3% anual, el comercio mundial había aumentado, a precios constantes, un 5,1% y las inversiones directas internacionales llegaron a incrementarse un 10% anual.

La integración de los países emergentes en la economía mundial, con la apertura de China a la economía de mercado, había intensificado la producción y los intercambios, ampliando la globalización a todo el mundo.Pero desde el comienzo de la crisis financiera el comercio internacional de bienes y servicios se ha ralentizado y apenas  sobrepasa al aumento del PIB. 

La disminución del crecimiento de producción mundial, la crisis del euro y la reducción de la inversión sobre todo en los países emergentes ha disminuido el crecimiento del comercio y los flujos de capital. También ha influido la reducción de la capacidad de importación de los países productores  de productos básicos, al hundirse el precio del petróleo y de las materias primas.


El gráfico de la Secretaría de la Organización Mundial del Comercio (OMC) muestra, en porcentajes, los reducidos incrementos del comercio mundial en los últimos años en comparación con el período 1990-2014.

Podemos observar cierto agotamiento de un proceso globalizador que comenzó hace tres décadas para facilitar el comercio y el movimiento de capitales a nivel planetario.

La maduración de China hace que sea capaz de atender con su producción interna una parte de la demanda de productos intermedios, antes importados.  También se está dando una notable reducción de las diferencias de costes entre las economías desarrolladas y las emergentes, que afecta sin duda a la localización de la producción a nivel mundial.

Por una parte, los costes laborales significan una proporción minoritaria de los costes de producción y, por otra, algunas  economías emergentes han triplicado las retribuciones en los últimos diez años, en tanto que en las economías desarrolladas ha habido un estancamiento. Las diferencias salariales no llegan en muchos casos a compensar los costes de transportes y el riesgo cambiario, lo cual explica algunas repatriaciones de la producción a los países de origen de las multinacionales.

El descenso de la globalización tiene su complemento en una tendencia hacia la integración regional. Se está produciendo una fragmentación del comercio mundial que da lugar a la formación de grandes bloques regionales en torno a EE.UU. y China.

Las empresas multinacionales son hoy día los agentes de la división internacional del trabajo, que tratan de aprovechar las ventajas de cada localización. Los intercambios entre la casa matriz y las filiales de una misma multinacional representan la mitad del comercio internacional de bienes y servicios.

EE.UU. promueve una alternativa a largo plazo con la cuenca del Pacifico, el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en ingles), firmado en octubre pasado entre doce países, entre los cuales se encuentran EE.UU.,Canadá, Mexico, Japón y Australia. Se encuentra pendiente de ratificar y es un intento de integración a fondo, con el objetivo de ampliar la libertad de intercambios y, vía armonización,  difundir las normas técnicas estadounidenses. El segundo eje que impulsa EE.UU. es el proyecto “Asociación Trasatlántica para el comercio y la inversión” (TTIP), un tratado de libre comercio con la Unión Europea, que actualmente se encuentra en negociación.  

El segundo gran bloque tiene como cabeza a China, que trabaja en la creación de un grupo asiático abierto al Pacífico Sur, al que se asocian, además de los diez países de ASEAN (Asociación de naciones del sudeste asiático),  Corea del Sur, India, Japón y Australia.


Algunos observadores internacionales vienen avisando que estas dinámicas de integración regional, más allá del libre comercio, pueden llegar a afectar a la soberanía de los países y al desenvolvimiento democrático en el interior de las naciones atrapadas en los bloques, dada la presión que van a ejercer sobre los poderes públicos las empresas multinacionales.  

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