Señalábamos en la
entrada anterior que la productividad o eficiencia en el uso de los recursos y
la utilización de mayores cantidades de capital y de trabajo constituyen los
factores que impulsan el crecimiento económico.
La especialización y la
división del trabajo, el uso intensivo de medios de pago que faciliten los
intercambios, las inversiones de capital
y los buenos gestores, entre otros, son factores que elevan la producción de
las empresas, que es decisiva para
aumentar el nivel de vida de la población.
La productividad
media
En la literatura económica, la productividad media es el cociente entre el
producto total elaborado por las empresas y el número de trabajadores o de
horas empleadas. En el corto plazo se estudia la productividad del factor
variable, el trabajo, considerando que permanece fijo el capital empleado
(edificios, equipos…)
La productividad, eficiencia
productiva o Productividad Total de los Factores (PTF) no obedece, como algunos
piensan, exclusivamente a la tecnología.
Influye también, por ejemplo, la
eficiente asignación de los factores productivos dentro de un país. Unas mismas
cantidades de capital agregado y trabajo agregado producirán muchos más bienes
si ese capital y ese trabajo se asignan en mayor cantidad a las empresas o
sectores más productivos
Otros factores que
contribuyen al aumento de productividad son el ahorro y la inversión
(acumulación de capital), la educación y cualificación de la población activa.
Los cambios producidos en cada uno de esos factores afectan al crecimiento y provocan variaciones en el nivel de vida de la población.
Los cambios producidos en cada uno de esos factores afectan al crecimiento y provocan variaciones en el nivel de vida de la población.
La
productividad en España
La falta de crecimiento significativo
de la productividad española se ha venido asociando a la elevada dimensión del
sector de la construcción y a la escasa cualificación de los inmigrantes. Ambos
factores han tenido influencia, pero no se
deben olvidar las insuficiencias en la innovación, la calidad y la preparación de los trabajadores
Como observamos en el
gráfico, la productividad por empleado era en España en 2007 igual al 91% de la
media de la Unión Económica y Monetaria (UEM), lo que representa una caída de 12 puntos porcentuales con
respecto a 1985.
Desde principios de 2008, la productividad por
empleado ha aumentado del orden del 11%, el
mayor incremento de la Eurozona, pero se
ha logrado a costa de destruir más de 2 millones de empleos, es decir, casi el
10% del total de ocupados.
Es lo que remarca el
gráfico adjunto, señalando la diferencia
entre la reducción del PIB y la drástica caída del empleo, medido en “Puestos de trabajo equivalentes a tiempo
completo”(PTETC):
Como la productividad
es un cociente, la disminución del denominador, el empleo (PTETC), es el principal
causante del aumento en el nivel de eficiencia de los recursos empleados, ya
que el denominador, la producción (PIB), desciende en mucha menor proporción.
Este
comportamiento de la variación de la productividad por ocupado es claramente
anticíclico. Aumenta notablemente en las recesiones y crece menos cuando sube el PIB, lo cual confirma que el ajuste
de las empresas a los cambios de la situación económica se realiza
principalmente a través del empleo, sobre todo temporal, a diferencia de otros países, en los que el ajuste se produce a través de
las modificaciones de las condiciones de trabajo, como la variación de la
jornada laboral y la adaptación de los salarios.