El desempleo es hoy uno de los mayores problemas que enfrentan muchos países y, sin duda, una fuente de profundización en la crisis. Además, a medida que la consolidación fiscal va imponiéndose, lejos de encontrar vías de salida, la situación empeora.
Se ha demostrado que mientras más largo es el período de paro, más difícil resulta conseguir trabajo después, lo que erosiona la base de la economía y deteriora su capacidad productiva en el largo plazo.
Analizando las causas del desempleo, el economista estadounidense Arthur Okun estableció en 1962 la relación entre el paro y la producción. De manera intuitiva, si disminuye la producción, se utilizan menos insumos productivos, entre ellos el trabajo, por lo que aumenta el desempleo.
Por ello, la ley Okun establece una relación negativa entre el desempleo y el PIB, que se puede expresar como:
c = Cambio en el PIB / Cambio en el desempleo
El valor del coeficiente "c" nos dirá cuantos puntos porcentuales tiene que aumentar la producción del país para que disminuya en un punto porcentual el desempleo. Okun lo fijo en su época en 2, es decir, que un 2% de crecimiento del PIB reduce el desempleo un 1%, pero las circunstancias económicas hacen oscilar el coeficiente considerablemente.
El profesor Usabiaga ha presentado recientemente un ejercicio sobre la cuestión, respondiendo a la pregunta que hoy día está en la calle: ¿cuánto debe crecer el PIB real anualmente para que la tasa de paro se reduzca?
En el siguiente gráfico observamos la relación entre ambas variables con datos del período 1990-2008:
La recta de regresión ajustada a la nube de puntos nos viene a indicar que el PIB de España tuvo que crecer por encima del 2,68%, para que la tasa de desempleo se redujera.
Si aplicamos el cálculo al País Vasco, los datos ofrecen la siguiente perspectiva:
En este caso la recta tiene en ordenada 0 un valor en abscisas de 1,53%, lo cual indica que es el crecimiento del PIB necesario para no aumentar el desempleo. Es decir, que al País Vasco le ha sido suficiente 1,15% menos de crecimiento que al conjunto del Estado español para no aumentar el desempleo. Ello es debido a que la especialización territorial de algunas actividades y las crisis de ciertos sectores han marcado sensibles diferencias entre las autonomías españolas.
Es muy posible que la crisis actual varíe los patrones de comportamiento de las variables que maneja la Ley de Okun en comparación con el período estudiado, por lo que las regresiones indicadas no pueden asegurar que tengan capacidad para hacer predicciones de lo que podría ocurrir en los años próximos.
Pero la información aportada sí nos sirve para darnos cuenta de que, en un año en el que se prevé oficialmente, no una subida del PIB, sino un descenso del 1,7%, la posibilidad de reducir el nivel de desempleo de modo significativo tanto en España como en el País Vasco hay que situarla en el largo plazo.
Ello reafirma la idea de que hay que dirigir la economía hacia la creación de empleo y esta vez con un modelo de crecimiento que apueste por la calidad de vida de la población y la conservación del planeta.