martes, 6 de mayo de 2014

INVERSIÓN EXTERIOR DIRECTA


La inversión exterior directa (IED) es el conjunto de operaciones entre un inversor de largo plazo y una empresa residente en otro país, en las que se adquiera más del 10% del capital social.

La finalidad que se persigue es lograr posiciones en el mercado internacional para fortalecer la competitividad, haciéndose con  activos estratégicos y diversificando las producciones. Los inversores suelen tratar también de soslayar los efectos de las crisis en el propio país.

Aunque la crisis ha supuesto un freno para el progreso de la IED, en los últimos 10 años se ha multiplicado por cuatro el total de las inversiones  directas en otros países y el volumen ha alcanzado el equivalente a la tercera parte del PIB mundial.

Como receptor de inversión extranjera, España absorbe un 9% del total de la Unión Europea (UE), una proporción mayor que la que el país supone en el espacio europeo. En cuanto a la inversión directa en el exterior, ha ido aumentando su participación hasta alcanzar el 7% de la UE, lo cual supone posicionarse en el sexto lugar en Europa.

Los principales sectores receptores de IED en España son los servicios (40,5%), manufacturas (33,5%) y energía y agua (20,7%).


Observamos la importancia que ha ido adquiriendo la IED de España en América Latina, que ayuda a equilibrar la posición deudora respecto a los socios europeos. En conjunto, España tiene  un equilibrio entre activos y pasivos con el exterior.

La IED contribuye a la formación bruta de capital  y favorece la introducción de nuevas tecnologías. Todo ello redunda en beneficio de la diversificación empresarial y el crecimiento económico.

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