El Tesoro Público logró cumplir la semana pasada los
objetivos de la subasta de bonos, aunque fue a costa de pagar unos tipos de
interés más altos. En
la emisión a diez años, el plazo que más preocupación suscitaba por ser el de
mayor riesgo, la rentabilidad que exigieron los inversores subió hasta el 6,65%,
el nivel más alto de este año.
Los altos rendimientos de los bonos indican que los
mercados desconfían de nuestra capacidad de devolver los préstamos, lo cual
hace también que se desprendan de deuda española, impulsando a la baja el
precio de compra de los bonos en el mercado secundario y haciendo subir el tipo
de interés y la prima de riesgo del país.
La prima de riesgo
de no pagar la deuda se define en la Eurozona como la diferencia entre la
rentabilidad de los bonos de un país y la correspondiente a los emitidos por
Alemania para el mismo plazo. Se expresan en puntos básicos (el 1% equivalente 100
puntos básicos).
Cuando dicha
diferencia es muy grande significa que el
país tiene un riesgo de impago mucho más alto que Alemania, es decir, los
inversores prefieren prestar dinero a Alemania. Si se presta a otro país es
porque la rentabilidad que obtienen los inversores es mucho más alta.
Un título de renta
fija representa un préstamo que una entidad o persona realiza a favor del
emisor, con el compromiso de éste a realizar pagos específicos en determinadas
fechas al poseedor del título.
En los mercados de
deuda se negocian tanto títulos de deuda pública, del Tesoro generalmente
(letras, bonos y obligaciones), como emisiones de empresas privadas (pagarés,
bonos y obligaciones)
Las letras y pagarés son instrumentos
financieros a corto plazo y se negocian en el mercado monetario, en tanto que los
bonos y obligaciones son de vencimiento más largo plazo, que se negocian en el
mercado de capitales.
Son títulos a
medio y largo plazo que dan derecho a percibir unos intereses periódicos
(cupones). El tipo de interés suele expresarse como porcentaje sobre el valor
nominal, que es el importe que se devuelve al poseedor al vencimiento
(amortización).
Si el valor
nominal coincide con el precio de emisión, se trata de una emisión a la par.
Cuando el precio de emisión está por debajo del nominal se dice que es una
emisión al descuento, y si se encuentra por encima, se trata de una emisión con
prima.
La cotización de
un bono suele aparecer como el porcentaje de su precio sobre el nominal. Así,
el precio de un bono de valor nominal 1.000 euros que cotiza al 98% es de 980
euros y el de otro que cotiza a 101% es de 1.010 euros.
La rentabilidad del bono
La rentabilidad de
un bono equivale a la tasa interna de retorno (TIR) de los pagos que genera.
Por ejemplo, un bono de 1.000 euros, que se cotiza al 98%, con un interés nominal
del 6%, con vencimiento a 3 años, tendrá el siguiente esquema de cálculo:
980= 60/(1+i) + 60/(1+i)2
+ 1060/(1+i)3
La TIR de un bono
es la tasa de interés “i” que hace coincidir los rendimientos con la
cotización. En el ejemplo, al emitirse por debajo de la par, la inversión para
el poseedor ha sido menor, por lo que aumenta la tasa de rendimiento desde el
6% de interés sobre 1.000 al 6,76% en relación con 980, el importe realmente
desembolsado.
En el siguiente
gráfico vemos la evolución de los rendimientos de los bonos españoles en el
primer semestre del año. Se observa el notable crecimiento de las tasas en los
dos últimos meses, proceso que continuó en el mes de julio.
Efectos
en los tenedores de bonos
Para los tenedores de
bonos, la subida de los tipos a los que se está colocando la deuda española
tiene efectos negativos. El valor de un título es inverso al tipo de interés
que se está pagando. Por ejemplo, con un nominal por título de 1000, el tipo de
interés anual un 5% y vencimiento a un año, el rendimiento obtenido es 50
euros. Si el interés sube al 6%, el valor real del título queda en 50/0,06 =
833,33 euros. Es decir, basta invertir esta última cantidad para que al 6% nos
dé el rendimiento de 50 euros que se obtenía antes.
Cuantos compraron bonos del Tesoro en otra época, por
ejemplo, deuda a 10 años al 5%, como en la reciente subasta el interés de
colocación ha sido del 6,65%, la deuda de 1.000 euros tiene un valor actual de
882,21 euros (utilizando la función VNA de Excel, con 50 euros de cobro anual y tasa del 6,65%), lo que supone para el tenedor una pérdida potencial de 117,80
euros, es decir, la cantidad que cobraría de menos si vendiera la deuda en el
mercado secundario.
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